Cada ciudad tiene lugares que parecen serles más propios que otros, lugares que por una u otra razón se inscribieron en el imaginario colectivo de sus habitantes volviéndose parte misma de su identidad, símbolos de un estado de ánimo o de una festividad, lugar de encuentro o referencia histórica.
México es un lugar que cuenta con muchos de estos lugares en cada ciudad de su mapa, de norte a sur y de este a oeste. Quizás ello se relacione con el fuerte componente de tradición que tiene su cultura, no solo en referencia a los viejos rituales ni costumbres religiosas o cívicas sino a un carácter inherente a su forma de ser que respeta mucho aquello que fue parte desde hace mucho tiempo de la vida diaria o familiar.
Un ejemplo de estos lugares son los parques o plazas de cada pueblo o ciudad. Al ser espacios públicos logran congregar a todas las personas que habitan allí, sin ningún tipo de distinción lo que hace que se quede grabado en la memoria de todos y ser parte de su propia historia de vida.
En Ciudad Juárez, al norte del país, aquella ciudad que marca el límite entre Mexico y Estados Unidos, y quizás erigiéndose como el mismo emblema de la resistencia a la continua invasión cultural a la que sus habitantes se encuentran más expuestos por la cercanía, los parques y espacios públicos nos muestran cómo siguen siendo ese eje de tradición y encuentro.
Uno de los parques en Ciudad Juárez es el llamado Parque Borunda, un lugar que reúne a todos los juarenses, especialmente a las familias que llegan para pasar una jornada divertida y relajadas, pero también a los jóvenes que van con sus grupos de amigos.
El Parque Borunda es ese espacio indispensable en cualquier ciudad, en el que las personas pueden realizar su rutina física todos los días, ejercitarse, sentarse a ver el atardecer y tomar un poco de aire. Pero tiene, además de todo eso, la posibilidad de divertirnos en grande, y es que en un sector del parque podemos encontrar una serie de juegos mecánicos a modo de feria que son los que tiñen de alegría todo el resto del lugar.
De todos los parques en Ciudad Juárez este es uno de los que más aprecio genera en la comunidad pues visitarlo es volver a la infancia y a la juventud para aquellos que ya pasaron esa edad, y quienes aún están en ella pueden disfrutar al máximo de los entretenimientos.
Además de la música, las luces y el colorido que se puede encontrar en una feria así tenemos también algo que no puede faltar: la comida. Existen en este parque numerosos puestos de comida, tanto de la llamada comida rápida como de la típica del lugar, teniendo los turistas la oportunidad de pasar un momento agradable y, al mismo tiempo, deleitarse con alguno de los platos de venta callejera que tanto sabor tienen y que combinan a la perfección los sabores de México como por ejemplo los elotes asados o los tradicionales esquites.
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