Si
uno observa a simple vista el mapa de México puede ver que al sur del mismo
resalta, limitando con Guatemala y Bélice, la península de Yucatan. Esta
porción de territorio de unos 145.000 km2 aproximadamente, que se incrusta en
el Mar Caribe, está formada por tres de los 32 distritos que tiene el país.
Ellos son Campeche, al suroeste de
la península, Quintana Roo al sureste y al norte, el distrito que le da nombre
a la península, Yucatán.
De
los tres estado mencionados, arribaremos en esta oportunidad al de Campeche,
más precisamente en su ciudad capital, homónima del distrito. Para empezar a
describirla es necesario saber que su denominación proviene de los vocablos
maya Ah-Kim-Pech que se traducen como “el Lugar del Señor Sol”.
Cuando
en su plan de conquista los españoles pisaron tierra campechana, nombraron a la
ciudad como San Lázaro, pero luego al escuchar a los nativos nombrarla como Cam
Pech, la tradujeron a su idioma y la llamaron Villa de San Francisco de Campeche. Esta ciudad ubicada a 1.127
km2 al suroeste del Distrito Federal, adquirió esta categoría, o sea pasó de
Villa a ciudad, el 1 de Octubre de 1777, luego de que el Rey Carlos III de
España firmara en San Ildenfaso el título oficial.
Una
de las características que hace resaltar a esta ciudad construida con estilo
urbano del tipo de barroco hispanoamericano, es que se encuentra entre
murallas, siendo la única del país. Los fuertes se comenzaron a edificar en el
Siglo XVI con fines militares, de esta primera etapa cimentada ya no queda
nada. En 1686 se inician las murallas, concluyendo los detalles de los reductos
y las baterías de costa a fines del Siglo XVII.
La
planificación de una muralla que encierre a, la por entonces Villa, fue
consecuencia de un plan estratégico de defensa con el objetivo de fortificar y
proteger a los puertos, básicamente contra el ataque de los piratas que
llegaban desde el Mar Caribe, ya que era aquella una época de bonanza
económica. Fue por esta situación que la
Plaza Mayor fue ideada para cumplir una doble función; una de ellas era la
militar, procurando la custodia de la ciudad de una ataque marítimo y la otra,
era comercial (embarco y desembarco de mercancías y materias primas para
cumplir con la economía local).
Es
muy probable que toda muralla, más que todo con la marcada intención de defensa
que posee la construida en Campeche, esté acompañada por baluartes; fortificaciones
que sirven de unión entre cortinas de murallas a través de flancos y que tiene
dos caras que forman ángulos salientes. Ocho fue la cantidad de baluartes que
los españoles consideraron suficientes para cubrir su idea proteccionista.
Para
no saciar tu curiosidad de una sola vez y sigas investigando sobre esta
amurallada ciudad mexicana, en esta ocasión comenzaré con la presentación del
Baluarte de Santiago. ¡Ojo! que si bien en esta ocasión hacemos hincapié a las
murallas, no son ellas el único atractivo que posee este
lugar; sino que son una parte de lo maravilloso que podes descubrir en suelo
campechano.
El
Baluarte de Santiago recibió este nombre en honor a Santiago de Compostela
(también conocido Santiago de Matamoros), conocido como el patrono de la
conquista española. Finalizado en el año 1704, fue el octavo en construirse a
base de piedra cantera y sascab, con medidas de 30.71 mts para sus caras y 15
para sus flancos (caras laterales). A principios del Siglo XX fue demolido y se
lo reconstruyó a mediados del mismo, pero esta réplica no se parece mucho a la
original. Lo único que conserva de su edificación originaria es la puerta de
acceso.
En
el interior de este Baluarte hoy se puede apreciar el Jardín Botánico Xmuxh’Haltun. La traducción al español de este
vocablo maya es “agua que brota de la tierra”, o sea un lugar propicio para que
crezcan diferentes especies arbóreas. Aquí son 200 especies vegetales las que
se conservan para su estudio y divulgación, entre ellas se pueden encontrar
variedades medicinales, comestibles o para ornamentación. Resaltan entre las
especies arbóreas el ceibas (árbol sagrado de los Mayas), la madera campichay y
de balché, tres de las que se ven habitualmente en la región.
Ahora
ya tenés una idea de lo que podes encontrar en uno de los baluartes que tiene
San Francisco de Campeche, te queda
descubrir que finalidad cumple el resto. Lo que te puedo adelantar es que no se
alejan de aquella con la que fueron planificados. La defensa que hacen ahora,
es la de su propia historia ya que son reservorios de piezas tradicionales y de
legados inolvidables. Es por esta razón que en 1999 la UNESCO designó a
Campeche como Patrimonio Histórico de la Humanidad bajo la denominación de
“Ciudad histórica y fortificada de Campeche”.
Betiana
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