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22 nov 2012

Iglesia San Luis Obispo


En el estado mexicano de Campeche se encuentra el poblado de Calkiní,  palabra que en la lengua maya significa “garganta del sol”. Quien recorra esta magnífica ciudad no debe dejar de visitar uno de sus más importantes atractivos: la Iglesia San Luís Obispo, sin duda uno de los más bellos edificios coloniales de México. En esta ocasión los invitamos a conocer un poco más sobre ella.
La iglesia San Luís Obispo se encuentra ubicada en el centro de la ciudad de Calkiní, frente a la plaza central. Recorrer la historia de este templo, su arquitectura y su belleza, nos va llevando de los antepasados mayas en la península de Yucatan, a la Conquista, y a la posterior llegada de los franciscanos con su tarea de evangelización.
Cuenta la historia que Tzab Canul – el mayor de  los nueve hermanos del linaje de los Canul- fundó el pueblo de Calkini tras la destrucción del Mayapán, el último gran imperio de la región. En ese mismo acto creó la primera ciudad del cacicazgo Tuc-ca'an – cuyo significado es Rincón del Cielo- en el lugar donde se encontraba una hermosa ceiba, árbol sagrado para los mayas.
Fue en 1539 cuando tras una larga resistencia, los pobladores mayas se vieron obligados a ceder ante los colonizadores dando comienzo a la larga historia de evangelización. Se estima según documentos hallados que habrían pertenecido a los religiosos, que el espacio elegido para la construcción de la Iglesia fue sobre un templo maya. Los especialistas en el tema afirman que la elección de construir sobre lugares sagrados mayas buscaba dos efectos, por un lado interrumpir  los modos de vida tradicionales para en un segundo momento remplazar un culto por el otro.
La fundación de la  iglesia San Luís Obispo se remonta al siglo XVI, pero en esa época se trataba de otras tres instituciones religiosas que la antecedieron: la Capilla de Indios, la Capilla del Santísimo y el convento. La construcción del templo data de años remotos, se estima que las primeras obras fueron levantadas aproximadamente en 1548, y que recién en 1561, trece años después de que se iniciara su edificación, tuvo lugar la primera misa ofrecida por Agustín Ponce. Es posible leer en escritos de la época, descripciones que dan cuenta del asombro ante la ausencia de una iglesia.
Debieron pasar dos siglos de remodelaciones para que el edificio adquiriera el aspecto con el que hoy la conocemos, pues la conclusión de la Iglesia no sería sino hasta principios del siglo XVIII, aunque ha sufrido a partir de entonces algunas remodelaciones.
Arquitectónicamente el templo se caracteriza por sus anchos y altos muros, apuntalados con sólidos contrafuertes que dan a esta iglesia el aspecto de una fortaleza. Fue hecha a base de piedra, madera y metal. Por su construcción, es reconocida como uno de los templos más bellos del sureste mexicano y ha sido declarada Monumento Nacional.
Otra de las particularidades de su fachada que no deja de llamarnos la atención es que posee una única torre de tres cuerpos.
En su interior cuenta con un amplio espacio con techo de bóveda de cañón. El presbiterio -lugar que rodea al altar mayor- se encuentra elevado y posee una forma semi circular. Otro detalle que no debemos perder de vista al visitarla es el retablo tras el altar, de estilo barroco posee más de 200 años. Podremos deleitarnos con una interesante colección de pinturas de arte religioso, entre ellas un conjunto de miniaturas que representan la última cena. Las obras que están expuestas son en su mayoría de carácter anónimo.
Hacia el fondo del templo, tiene lugar la Capilla del Santísimo, construida en el siglo XVII, se caracteriza por el estilo austero típico de la arquitectura franciscana.
La presencia en el lugar de una capilla de indios no sorprende a quienes conocen sobre la arquitectura conventual. Su levantamiento responde a una necesidad de la época: la construcción de estos espacios abiertos buscaba facilitar el acceso al culto a la masa de población recientemente convertida al cristianismo.
El convento contiguo a la Iglesia fue habitado por frailes franciscanos entre los siglos XVII al XIX, y se trata de uno de los primeros 8 lugares que fueron construidos en la Península de Yucatán. Se estima que el inicio de su construcción data de 1561, y que a finales del mismo siglo ya estaba listo para desempeñar sus funciones básicas. A partir de 1982, el lugar fue ocupado por monjas de la Orden de Santa Clara.
No solo por su belleza arquitectónica la Iglesia de San Luís Obispo es uno de los destinos preferidos por los turistas que visitan el sureste mejicano. Los monumentos históricos del pasado prehispánico y colonial mucho podrían decirnos si gozaran de la palabra. Sigilosos testigos de nuestras historias, nos remontan a nuestros antepasados. Quienes visiten la Iglesia de San Luis Obispo construida en suelo maya, ¿qué imaginan que les  susurrarían sus paredes?
Melisa.