Tahití es uno de los destinos más fabulosos del mundo entero, y la isla más grande e importante de toda la Polinesia Francesa. Lo cierto es que este vasto territorio, bendecido por la mano de la naturaleza, es uno de los remansos paradisíacos más impresionantes y maravillosos que podamos conocer jamás. Si eres de esos viajeros aventureros, a los que le gustan las emociones fuertes, descubrir parajes inhóspitos y apreciar en todo su esplendor una geografía salvaje, entonces éste es el destino perfecto para tu próxima travesía.
De todos los viajes posibles, decidirte por Tahití es una excelente opción. Su mayor atractivo probablemente sean las playas, largas costas de finas y blancas arenas con aguas cristalinas que por momentos se vuelven casi transparentes. En ellas tendremos la oportunidad de tirarnos bajo el cálido sol, leer un buen libro, dar un paseo al atardecer, momento en que se reflejan cientos de colores diversos sobre el mar, nadar un poco, practicar deportes acuáticos... las opciones son interminables.
Pero Tahití encierra además otros atractivos preciosos, que no podremos dejar de conocer. Parajes alejados, valles, montes, lagunas y llanuras asombrosas, sitios que albergan miles de especies de fauna y flora autóctonas en su hábitat natural.
Aparte de estas obras de arte naturales, la isla cuenta con una rica y amplia oferta en términos de museos, monumentos, parques y sitios de interés histórico, lugares que a su paso van marcando el tiempo de una cultura y una identidad que puja por sobrevivir. Tahití y sus sitios históricos prometen un viaje más que interesante en el que tendremos mucho por aprender.
La isla tiene, por ejemplo, su propia catedral de Notre - Dame, construida en el año 1875 y restaurada en 1987, cuya vista interior es realmente impresionante, con un conjunto de vidrieras antíquisimas y otras más modernas que conforman un cuadro único.
La Bahía de Matavai, por su parte, es un sitio repleto de magia: denominada como el Faro de la Punta de Venus por el navegante James Cook, cuenta la leyenda que desde aquí éste observó el paso de este planeta por delante del sol en una expedición por la isla.
El Museo de la Perla es otro de los lugares fascinantes de Tahití, ya que en él podremos descubrir este objeto tan preciado en todas sus dimensiones, a partir de su historia, su morfología, en términos mitológicos, filosóficos y hasta religiosos.
El Museo de Tahití, por su parte, describe de un modo asombroso la vida de los polinesios antes de la llegada de los misioneros europeos, sus cosmovisiones, costumbres y tradiciones principales. Es una verdadera aventura adentrarse en este mítico mundo del cual persisten muchas cosas en cada una de las esquinas de la isla.
Así que, ya sabes! Los mejores paseos te esperan en Tahití! Prepara pronto tus valijas y disponte a vivir unos días de lujo en este destino de color y música.
Lucía Cugini
Foto de: Clesenne
