Lo mejor es que este viaje te servirá a la perfección como un cambio de aire y una recargada de energía. Pero, ¿qué se puede hacer? Muchas cosas, pero quizás una de las más acertadas es elegir como destino la Ciudad de Mexico y disfrutar del encanto y la multiplicidad del mayor destino turístico del país. Empecemos con un Tour cultural en Ciudad de México para disfrutar Semana Santa.
Esta urbe gigante tiene mucha historia por contar y una buena parte de ella, se la puede apreciar en el centro histórico, poseedor de un testimonio invalorable de la cultura que constituye la identidad de este lugar y del país. Así, resultan imperdibles las pequeñas paradas en el Zócalo.
Allí, a pocos pasos, están la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el Palacio Nacional, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y el Edificio de Gobierno. Cada uno con una arquitectura de gran belleza y estilo propio.
Resulta muy interesante conocer el cambio que ha sufrido esta zona, a través del recorrido fotográfico, en donde se evidencia el paso de los años y los diferentes eventos políticos e históricos que aquí se vivieron.
La Catedral con sus más de 200 años es un buen alimento para los curiosos, especialmente si te apetece perderte entre los magníficos campanarios en un trayecto que se puede contratar allí mismo.
Si queres una dosis de buena cultura, entonces el Palacio de Bellas Artes será uno de los mejores exponentes. Un proyecto que empezó en 1904, pero cuya construcción se vio interrumpida por diferentes acontecimientos. Sin embargo, las ganas de que existiera fueron tantas, que hacia 1934 se estaba inaugurando.
Además de contemplar su belleza y rareza, se puede regalar buen sonido a nuestros oídos y disfrutar del Ballet Folklórico de México, que tiene funciones los días miércoles y domingo. También hay obras de reconocidos artistas, como por ejemplo Diego Rivera. Asimismo, el Museo de Arquitectura también está allí para ser explorado.
Si creías que esto era todo, estás equivocado, pues en esta ciudad multifacética es imposible aburrirse. El Museo de Antropología es otro de los tesoros. 23 salas dividas en temas, que cubren épocas remotísimas, desde los primeros habitantes hasta sus sucesores, como aztecas.
Si queres viajar brevemente por otros lugares de México como Oaxaca, en el patio del museo es posible hacerlo, ya que hay réplicas de piezas exclusivas encontradas allí. Por ejemplo, La Piedra del Sol es una de las que más llama la atención, ya sea por su historia o por sus más de 25 toneladas.
El Museo de Arte Popular es otro de los recomendados para aquellos que quieren enamorarse definitivamente de la cultura mexicana, envuelta en una arquitectura art decó.
Y para coronar este paseo cultural, ¡no te olvides del Castillo de Chapultepec! Aquí conviven rasgos históricos evidentes por ejemplo en el Monumento de los Niños Héroes y el Museo de Historia junto a espléndidos jardines y alrededores verdes, que conforman el Bosque de Chapultepec.
Fatima Seppi
Recurso imagen: Flickr
Autor: Julian CG