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9 dic 2012

Jardin Botanico Xmuxh’Haltun


Si uno observa a simple vista el mapa de México puede ver que al sur del mismo resalta, limitando con Guatemala y Bélice, la península de Yucatan. Esta porción de territorio de unos 145.000 km2 aproximadamente, que se incrusta en el Mar Caribe, está formada por tres de los 32 distritos que tiene el país. Ellos son Campeche, al suroeste de la península, Quintana Roo al sureste y al norte, el distrito que le da nombre a la península, Yucatán.

De los tres estado mencionados, arribaremos en esta oportunidad al de Campeche, más precisamente en su ciudad capital, homónima del distrito. Para empezar a describirla es necesario saber que su denominación proviene de los vocablos maya Ah-Kim-Pech que se traducen como “el Lugar del Señor Sol”.

Cuando en su plan de conquista los españoles pisaron tierra campechana, nombraron a la ciudad como San Lázaro, pero luego al escuchar a los nativos nombrarla como Cam Pech, la tradujeron a su idioma y la llamaron Villa de San Francisco de Campeche. Esta ciudad ubicada a 1.127 km2 al suroeste del Distrito Federal, adquirió esta categoría, o sea pasó de Villa a ciudad, el 1 de Octubre de 1777, luego de que el Rey Carlos III de España firmara en San Ildenfaso el título oficial.

Una de las características que hace resaltar a esta ciudad construida con estilo urbano del tipo de barroco hispanoamericano, es que se encuentra entre murallas, siendo la única del país. Los fuertes se comenzaron a edificar en el Siglo XVI con fines militares, de esta primera etapa cimentada ya no queda nada. En 1686 se inician las murallas, concluyendo los detalles de los reductos y las baterías de costa a fines del Siglo XVII.

La planificación de una muralla que encierre a, la por entonces Villa, fue consecuencia de un plan estratégico de defensa con el objetivo de fortificar y proteger a los puertos, básicamente contra el ataque de los piratas que llegaban desde el Mar Caribe, ya que era aquella una época de bonanza económica.  Fue por esta situación que la Plaza Mayor fue ideada para cumplir una doble función; una de ellas era la militar, procurando la custodia de la ciudad de una ataque marítimo y la otra, era comercial (embarco y desembarco de mercancías y materias primas para cumplir con la economía local).

Es muy probable que toda muralla, más que todo con la marcada intención de defensa que posee la construida en Campeche, esté acompañada por baluartes; fortificaciones que sirven de unión entre cortinas de murallas a través de flancos y que tiene dos caras que forman ángulos salientes. Ocho fue la cantidad de baluartes que los españoles consideraron suficientes para cubrir su idea proteccionista.

Para no saciar tu curiosidad de una sola vez y sigas investigando sobre esta amurallada ciudad mexicana, en esta ocasión comenzaré con la presentación del Baluarte de Santiago. ¡Ojo! que si bien en esta ocasión hacemos hincapié a las murallas, no son ellas el único atractivo que posee este lugar; sino que son una parte de lo maravilloso que podes descubrir en suelo campechano.

El Baluarte de Santiago recibió este nombre en honor a Santiago de Compostela (también conocido Santiago de Matamoros), conocido como el patrono de la conquista española. Finalizado en el año 1704, fue el octavo en construirse a base de piedra cantera y sascab, con medidas de 30.71 mts para sus caras y 15 para sus flancos (caras laterales). A principios del Siglo XX fue demolido y se lo reconstruyó a mediados del mismo, pero esta réplica no se parece mucho a la original. Lo único que conserva de su edificación originaria es la puerta de acceso.

En el interior de este Baluarte hoy se puede apreciar el Jardín Botánico Xmuxh’Haltun. La traducción al español de este vocablo maya es “agua que brota de la tierra”, o sea un lugar propicio para que crezcan diferentes especies arbóreas. Aquí son 200 especies vegetales las que se conservan para su estudio y divulgación, entre ellas se pueden encontrar variedades medicinales, comestibles o para ornamentación. Resaltan entre las especies arbóreas el ceibas (árbol sagrado de los Mayas), la madera campichay y de balché, tres de las que se ven habitualmente en la región.

Ahora ya tenés una idea de lo que podes encontrar en uno de los baluartes que tiene San Francisco de Campeche, te queda descubrir que finalidad cumple el resto. Lo que te puedo adelantar es que no se alejan de aquella con la que fueron planificados. La defensa que hacen ahora, es la de su propia historia ya que son reservorios de piezas tradicionales y de legados inolvidables. Es por esta razón que en 1999 la UNESCO designó a Campeche como Patrimonio Histórico de la Humanidad bajo la denominación de “Ciudad histórica y fortificada de Campeche”.

Betiana

5 dic 2012

La misteriosa Kanki


La zona arqueológica de Kankí se encuentra hacia el norte de Campeche, a unos 14 km. del pueblo de Tenabo, perteneciente a dicho estado. Es un destino increíble que no podés dejar de visitar. 

Esta es una región que se caracteriza por la gran vegetación imperante, entre la cual se encuentra un arbusto particular con pequeñas flores amarillas, este arbusto es predominante en cada una de las construcciones antiguas del lugar, por lo que se cree que es la razón del nombre que llevan estas ruinas: Kankí. Justamente, esta palabra corresponde a un vocablo maya que hace referencia al arbusto mencionado.

La magnífica arquitectura de esta ciudad fue descubierta en tiempos recientes, por esto todavía se encuentra en proceso de reconstrucción.

En lo que respecta a su historia, la zona de Kankí fue ocupada alrededor del 500- 600 a.C, siendo su apogeo alrededor del 600 y su desocupación entre el 600 y el 1000 d.C. Otra de las características principales del sitio es la organización de sus estructuras, es decir,  la concentración de edificaciones en el centro de Kankí en torno a un conjunto de patios interconectados entre sí que en total llegan a un número de diez, entre ellos se encuentran varios depósitos de agua (denominados chultunes por los mayas) y algunas plataformas  o bases bajas).

Entre esas construcciones, se encuentra el Palacio o Estructura I localizado en el Grupo Central. En este espacio, el Palacio forma un patio principal con el resto de las estructuras. Es una edificación de dos pisos con columnas que forman una serie de caminos que llevan a dos habitaciones separadas por una escalera en el medio. En las últimas exploraciones al sitio, se habla  de que en el mencionado edifico se cerraron los aposentos que existían en él, en su última etapa de construcción, y se edificaron cuatro habitaciones y una escalera que conduce al segundo piso. Esta construcción, como bien indica su nombre (el Palacio) es la de mayor importancia en el lugar; y en él se presenta  un hecho curioso y significativo: el sol pasa por las ventanas de este palacio dos veces al año, lo que indica el inicio y la culminación de la temporada apta para los cultivos, respectivamente.

Es muy notorio encontrar en cada una de las construcciones de Kankí el estilo Puuc y la decoración de las columnas en forma cilíndrica con capitel cuadrado.

Otro conjunto de estructuras arquitectónicas es el denominado Grupo del Geco que consta de unos siete edificios que forman un patio pequeño. Otro grupo de cualidades similares es el Grupo de Cacabbbeec que consiste en cinco construcciones.

A este conglomerado de edificaciones, le sumamos otras también de real importancia: el Conjunto de las Columnas y la Escalera Invertida (o Estructura 6); ésta última tiene lugar hacia el oriente del Grupo Central y lo cierra por su extremo sur, expertos arqueólogos determinan que esta estructura es la más temprana de las encontradas en el sitio.

Como se dijo, la zona de Kankí conforma una arquitectura que ha sido descubierta en los últimos tiempos. Su salida a la luz data de 1940 cuando el explorador Pollock las encontró en su afán de descubrimientos arqueológicos en la región del estado de Campeche y las dio a conocer al mundo.

Estudios recientes sobre los terrenos que bordean a las esplendorosas construcciones dan cuenta que la sociedad antigua dueña de estos sitios se dedicaba a la agricultura. En esos mismos terrenos también se hallaron dos caminos que conducen hacia la selva.

Otro de los descubrimientos característicos de la zona lo constituye la serie de dinteles encontrados en las estructuras de piedra. Los dinteles hallados tienen un tamaño aproximado de 1.50 mts de largo, y tienen como particularidad la representatividad de la mitología maya en ellos y, con seguridad, la importancia sagrada de estos ornamentos. Estos bellísimos dinteles se encuentran expuestos en el baluarte de la Soledad, en la ciudad de Campeche.

Esta zona de tamaña importancia arqueológica e histórica no se encuentra con frecuencia abierta al público debido a las constantes exploraciones que se siguen realizando en el lugar. Aprovechar los momentos en que Kankí  se abre al mundo resulta una aventura difícil de rechazar ya que seremos parte de un descubrimiento único y placentero. No sólo porque estaremos siendo parte de la historia en la medida en que podamos percibir y dar un sentido particular a las tantas estructuras y figuras encontradas; sino también porque la explosión de sensaciones que produce el entrar en contacto con estos restos sagrados enmarcados en una naturaleza mágica y exótica vuelven la visita en un recorrido místico e inolvidable.

Visitemos las ruinas de Kankí para explorar las monumentales estructuras en estilo puuc, un estilo que no suele hallarse con frecuencia en el resto de las zonas arqueológicas de Campeche; y seamos parte de un viaje único atravesando los senderos secretos de los antiguos pobladores del lugar.

22 nov 2012

La Isla de Jaina, Campeche


La isla de Jaina es reconocida en el mundo entero por las estatuillas encontradas en el lugar  que remiten al poder artístico y sagrado de quienes habitaban la zona y tenían a su cargo los rituales más importantes de la sociedad, como los ritos fúnebres. Esto puede deslindarse de los restos óseos encontrados en Jaina, restos precolombinos de los que se puede determinar que la zona había sido utilizada como una gran necrópolis donde se enterraba, a través de actos sagrados, a los seres notables de toda la región.  Toda esta información fue posible conocerla por los adornos y las cerámicas que se encontraron junto con los restos humanos y que hicieron de la isla de Jaina un espacio lleno de intriga y descubrimientos.
Este valioso sitio arqueológico se encuentra a unos  42 km al norte de Campeche y está medianamente separado del resto del municipio, conformando una pequeña península a la que se accede mediante embarcaciones creadas para tal fin. El canal que separa a la Isla de Jaina tiene aproximadamente 60 mts de ancho y se dice que fue construido parcialmente y de manera precaria, pero firme,  por los antiguos pobladores de la isla.
En lo que respecta a su toponimia, el lugar recibe el nombre de “Casa de las aguas” ( há - agua, il – lugar,  – casa) en lengua maya, y justamente se debe a la ubicación particular del sitio.
En cuanto a su historia, se determinó que Jaina fue ocupada hacia el año 250 a.C aproximadamente, tuvo su apogeo entre los años  600 y 800 d.C y su decandencia hacia el 1200 de nuestra era.
La sociedad maya de esta región mostraba una división marcadamente jerarquizada en cuanto a las funciones que cumplía cada poblador; dedicándose el pueblo común a los cultivos y a la pesca (una de las actividades más importantes de la isla) y la clase más alta, a la cuestiones políticas y administrativas, y a la guerra. Las figuras de barro encontradas en el lugar, en especial aquellas que acompañan a los muertos de las enormes tumbas de Jaina, demuestran lo dicho anteriormente; a la vez que dan cuenta de la grandeza expresiva de los escultores antiguos que fabricaron las estatuillas con un realismo tal que hoy nos permiten saber y apreciar el tipo de vestiduras que usaban, costumbres, ornamentos, así como también, percibir  toda una cosmovisión particular y simbólica propia de los antiguos pueblos mayas.
Arquitectónicamente, los complejos de ceremonias que pueden admirarse en la isla son los que se denominan  Zayosal y  Zacpool, que no muestran un excelente estado de preservación pero aún así puede destacarse la magnificencia con que fueron construidos.
  Los dos complejos se encuentran hacia el sureste y tienen como límite alargada plaza de importancia dado que se encuentra en el núcleo central de la ciudad. Junto con esta construcción puede apreciarse un llamado “juego de pelota”, una serie de plataformas y bases con habitaciones, entre otras edificaciones que parecen ser de uso más bien exclusivos.
Todavía no pudo definirse con exactitud lo que respecta a la arqueología del lugar ya que el lugar, por su ubicación geográfica, trae aparejado problemas en cuanto al acceso. Sin embargo, profesionales del mundo se están dedicando de lleno al descubrimiento de estos misteriosos sitios que encierran en sus innumerables tumbas secretos difíciles de discernir por el momento. Sí está claro la grandeza artísticas de quienes labraron las famosas estatuillas de Jaina que son un fiel retrato de la cultura del pueblo maya que ocupaba esta ciudad, y las ciudades de la zona; ya que se determinó que la gran necrópolis no sólo albergaba los restos de os habitantes de esta isla, sino a los más nobles de las ciudades vecinas.
Como una particularidad de la forma de entierro (ya que esta zona es particular por esto) cabe destacar los diferentes estilos que se utilizaban para despedir al ser querido. Si éste era un niño, se  lo colocaba en una inmensa urna, y si era un adulto, se lo ponía en el piso, envuelto con telas (cual momia egipcia), una piedra preciosa en la boca y se lo rociaba con un mineral fundido del lugar.
Junto al cuerpo se colocaban adornos y elementos alusivos a la importancia del fallecido, así como también objetos simbólicos relativos al viaje místico que emprendía éste.
Conocer todas estas cuestiones íntimas y sagradas de un pueblo de tamañas magnitudes fue una ardua tarea que emprendieron  arqueólogos y demás profesionales relacionados, y que aún hoy no ha sido totalmente terminada.
 Jaina es un sitio de complicado ingreso, por eso en la actualidad no se encuentra habilitado al público, justamente para priorizar el trabajo científico en los sitios arqueológicos caracterizados. Sin embargo es válido acercarse para tener una idea de la magnitud del trabajo precolombino en la zona, así como para sentir a través de todos nuestros sentidos, la  mística que envuelve a la isla, y que junto con la naturaleza maravillosa del lugar, vuelve la visita un recuerdo único y enigmático.